¿Para quién? Cuánta perplejidad tiene esta pregunta.
Borges decía que los libros son ocasiones para la poesía, y que
todos escribimos para ser amados. Esta frase debe llevar alguna verdad, pero no
podría decir cuál es la arista que me corresponde de esa afirmación.
¿Escribo para quién? Repaso nombres, ausencias, anonimatos,
desaparecidos, gobernantes, abogados, obreros de la construcción, paseantes,
caminantes, paralíticos, agonizantes, deportistas, feriantes, farmacéuticos,
enfermeros, ingenieros de puentes, analistas de sistemas varios incluso el
nervioso, mujeres –todas ellas trabajadoras-, negros, blancos, amarillos con
ojos bien abiertos, madres, hijos, huérfanos de madre, padres sin hijos,
viudas…. escribo para ellos, para los que nunca me leerían y quizás nunca me
lean.
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