miércoles, 26 de diciembre de 2012

SILVINA



Timbre

-Hola Silvina, adelante.

-…

-La escucho…

-Estoy para abajo hoy… ni sé para qué vine…

-Puede entregarse a sus palabras, estoy aquí escuchándola.

-Estoy en mi peor momento… estoy como cuando los celos me dominaban… volví a sentirme tan mal como antes, no sé si estoy en un retroceso del análisis, o soy yo que cada tanto vuelvo a ser la nena malcriada que quiere todo para ella… nunca le hablé de mi amiga Lelé… la odio… cómo puede hacerme esto… yo confiaba todo en ella… no sé si le quiero contar todo lo que pasó. Tengo tanta bronca que cerraría la boca y estaría los 45 minutos con la boca apretada y los ojos cerrados…

-Planeando una venganza?

-No sé… querría matarla, que la atropelle un auto, que se resbale en la bañera y se le rompa el coco…

-Tiene mucho odio, pero no es necesario matar. Puede distanciarse un poquito, y analizar todo eso que esta imaginando, indagar su furia.

-Lelé (grrr que rabia nombrarla) vino a mi casa la semana pasada a buscar un libro de inglés… yo estaba con mi vecino del 5 piso, que me encanta y creo que tenemos onda… Marcos, se llama… bueno… él me tocó la puerta porque le dejaron una cuenta mía en su casa… lo hice pasar… nos pusimos a tomar mate en el balcón… hablamos como dos horas… y en eso recibo un mensaje de texto de Lelé que me dice que está en la puerta de mi casa, que venía a buscar el libro… yo le contesté que no estaba en casa, que viniera más tarde… pero ella me estaba viendo que yo estaba en el balcón… ya ahí me sentí en falta, pero no quería que subiera… entonces le dije a Marcos que me esperara. Bajé a darle el libro. Y al abrir la puerta Lelé entró al hall. Me sentí invadida, pero bueno, se fue. Y volví al balcón con Marcos. Lelé es mi amiga, pero no es el centro de mi vida. Ella dice que soy su mejor amiga… ¿eso no lo tendría que decir yo?

-Ella siente que usted es su mejor amiga, pero quizás ser la “mejor” no la conforma.

-Me conflictúa ser mejor amiga de alguien… Sigo contándole. A los dos días me llama por teléfono Marcos para invitarme a ir al cine a ver “Roma con Amor” de Woody Allen… yo estaba feliz… arreglamos que nos encontrábamos en el Atlas. Cada uno salía de sus laburos. Y cuando estaba llegando al cine, me llama Lelé al celular para decirme que su mamá había tenido un accidente grave, y que estaba en el Hospital Pirovano. “Por favor acompañame”. Le dije que estaba ocupada por dos horas que después iba. No le dije que estaba entrando al cine. Y cuando salí del cine tenía un mensaje de ella en el teléfono: “Sil… no vengas al hospital… mi mamá se murió”…

-…

-Me sentí muy mal… pero seguía estando en un laberinto… yo me quería ir con Marcos a  cenar, pero tuve la mejor idea de comentarle a la noticia, y él dijo inmediatamente: “te llevo a la casa de tu amiga”. Tengo una rabia de haber hecho las cosas así. Llegué a la casa de Lelé. Estaba desconsolada, tenía la cara deformada de tanto llorar. Yo estaba un poco anestesiada, incluso contenta porque había ido al cine con el chico lindo del edificio. El dolor de ella no me llegaba, pensaba: ojalá pase todo esto rápido que tengo que volver al dpto.

-La única realidad que pasaba era la suya?. No le digo que era lindo ponerse en el lugar de su amiga, pero parece que no puede siquiera reconocer el dolor del otro.

-Es que a veces me cuesta no pensar en mí… soy lo más importante para mí… queda feo lo que digo, pero es así…

-Se siente la protagonista de la novela siempre. Pero un amor, una amiga, son cosas suyas también. Usted es esa amiga narcisista de Lelé.

-Me siento embarullada. La cosa es que esos días la acompañé, pero con la cabeza en otro lado. El día del entierro le dije que no podía ir al cementerio, porque tenía turno en el dentista desde hacía un mes y no lo podía cambiar…

-La que no podía cambiar su situación era Lelé… su mamá se murió, y había que enterrarla y ese día era el de esa ceremonia… pero un turno de un dentista se puede cambiar…

-Ya sé… yo no tenía dentista, es que no quería ir al cementerio… es un embole…llamé a mi viejo para avisarle que había muerto la madre de Lelé, y él me dijo… “no vayas prince, metele una excusa e ir al cementerio es desagradable, después te quedan imágenes raras en la cabeza… metele un verso…” por eso lo hice.

-O sea que por “obedecer” a su papá que no fue a acompañar a que entierren a la madre de su amiga?

-Así como me lo dice es un poco cruel.

-Quizás la cruel fue usted… la indiferencia es cruel.

-Puede ser, no estoy segura de eso.

-Tampoco es muy claro, que haya venido a la sesión diciendo que odia a Lelé, que la quiere matar, que la pise un auto, que se muera… qué le hizo a usted, además de molestarla con un libro o ponerla en la horrenda situación de que su madre se muera cuando usted quería ir a cenar con su vecino… …

-No me gusta cómo me lo dice, Ana… Lelé vino a mi casa ayer, super dolida, lánguida, hasta estaba linda en su tristeza. Y encima de todo eso, vino Marcos a saludarme y se quedó charlando un rato. Lelé lloró contando el accidente de su mamá y Marcos, dijo que un hermano suyo se había muerto a los 15 años en un accidente de moto… y ahí nomás, ya tenían un tema en común. Los celos me atormentan demasiado. Después la llevó a su casa en el auto … y yo quedé afuera de todo… me dejaron como si fuese una superficial que no se me murió nadie…

-No quiso sentir ninguna muerte… a todos se nos muere alguien, no es ni siquiera imprescindible que sea de la familia… a usted se le murió la madre de su amiga..

-Es demasiado difícil esta sesión… mi vida es demasiado difícil…

-…

-…

-La veo el martes…

-No puedo el martes. No sé si puedo.. no sé

-La veo el martes

lunes, 17 de diciembre de 2012


Aviones

¿Hay algo más silencioso que ser palpado de armas
y saber que el asesinato se producirá al despedirse?
¿Hay algo más estricto que pasar por una aduana
entregando tu propio nombre para ser libre?
La mañana tiene forma de documento vencido.
Es noviembre para todos y la primavera pasó sin florecer.
Viernes, viento, vamos.
El avión está otra vez sobre la pista
pero nada hace pensar que volará,
ni que Colonia sea tan pequeña como un instante.
Estamos otra vez en el aire y todas las palabras
se parecen a tus manos.
¿Hay algo más humano que un aeropuerto
sembrado de ojos y reencuentros?

jueves, 13 de diciembre de 2012

Javiera

Timbre.

-Hola...adelante.

-Prendí la luz cuando quería tocar el timbre.

-Si?

-Bueno, no sé porqué conté eso... quizás es una tontería... pero quiero ser sincera desde la primera sesión... quiero contarle todo...

-Puede acostarse en el diván, la escuchó y decir todo lo que le venga a la cabeza.

-Estoy un poco nerviosa con esta primera sesión acostada... es un poco raro... ud. ahi atrás en su sillón y yo aquí acostada mirando los cuadros y teniendo que hablar de lo que me venga a la cabeza, pero decidí analizarme y lo voy a hacer..

-Yo la escucho.

-Cuando vine el primer día le dije que estaba triste, desilusionada porque los hombres no me querían o no se enamoraban de mí... pero ayer me pasó algo que me dolió mucho... pensé... no será que soy yo la que no quiero a los hombres?...

-Porqué lo dice?

-Quiero poder explicarle bien lo que me pasa... Ayer un amigo me invitó a cenar... hacía mucho que ningún hombre me invitaba a nada... y cuando estábamos cenando empecé a ver que no apoyaba bien los cubiertos en el plato, me pareció que no cerraba bien la boca al hablar, no sé.... empecé a molestarme... él me había traído un ramito de jazmines, primero me dió ternura, pero después me dí cuenta que los había comprado desde el auto a cualquiera en un semáforo y ya no me gustaban más los jazmines.... y hasta me los olvidé sobre la mesa cuando salimos...

-Cuánto desprecio!

-La vida...

-Su vida?

-La vida es así.... la guerra de los sexos... nunca escuchó esa frase? Los hombres desconfían de las mujeres y las mujeres desconfían de los hombres...

-Tal vez usted desconfía de los sexos, de que haya sexo, de que sea mirada como sexual o que en su mirada haya tinte sexual?

-Antes creía que me faltaba un hombre para ser feliz, pero me dí cuenta que me sobran los hombres... son torpes, un poco miserables, no tienen en cuenta los detalles de la vida, no consideran a las mujeres, tienen siempre malhumor, todo lo que hacen bien es con segundas intenciones...

-Está hablando de los hombres o simplemente de su padre?

-Ahhhh.... me asustó.... alguna vez le hablé de mi padre?

-hoy....

-Para mí está bien por hoy, Ana.... mejor me voy.... puedo venir mañana otra vez? Me quedo con la cabeza rara... pero bueno... debe ser porque es la primera sesión de diván... yo hablé de mi padre?

-Mañana 17 hs?

-Si, si...si.... mañana...

jueves, 22 de noviembre de 2012

EDUARDO



Timbre.

-Hola Eduardo, buen día.

-Para mí es un mal día. Anoche no dormí bien…. Y hace dos noches atrás tampoco dormí bien. No sé si tengo mucho stress, pero no estoy durmiendo bien, sufro si no descanso…

-¿Está con insomnio?

-Insomnio. Le puso nombre a lo que yo llamé “no dormir bien”. Insomnio. ¿Es síntoma de varias enfermedades, verdad? Tantas veces me siento enfermo, y lo llamo a mi médico para pedirle un horario, pero él ya me conoce. Cuando me asusto por algo que escucho, lo llamo y me dice: “No me molestes hoy que tengo el consultorio lleno” y con eso ya me tranquiliza, me hace sentir normal. Pero anoche cuando no podía dormir, me sentí enfermo otra vez. Quizás estoy un poco deprimido, pero pensé “menos mal que mañana tengo psicoanalista”, estoy demasiado ansioso. También me pasa eso…

-En este consultorio tiene un lugar. Lo puedo escuchar…

-Cuando estaba sin dormir, me empecé a preocupar con un dolor de cabeza que tengo desde hace 3 meses: tengo un latido en el lado derecho de la frente,  empieza despacito, es un latido leve y se va haciendo peor y de pronto me duele toda la cabeza…

-…

-Leí en internet que el stress trae muchos problemas físicos, y yo estoy con cosas en la cabeza que tengo que resolver. Tengo días de mucha ansiedad. Me siento incómodo con casi todo. Cuando estoy trabajando me dan ganas de salir a tomar aire, pero llego a la calle y me digo: qué estoy haciendo acá que tengo que trabajar. La empresa está mal. Tengo un cliente importante que actualmente me debe un montón de dinero, y parece que se burla de mí, ¿cómo puede ser que no me pague? Estoy muy agotado con esas cosas y encima cuando llego a la noche no duermo.

-Y no sueña…

-Qué respuesta romántica. Es verdad: no sueño. ¿Es grave? Seguramente que es más normal soñar. Pero estoy mal, y lo que me pasa no sé si es insomnio. También la depresión trae insomnio y ansiedad, lo leí en internet. Es incómodo estar enfermo sin saber bien de qué. Vivo pensando y pensando qué es bien lo que me pasa, o las cosas pendientes del día empiezan a venir a la cabeza y me la paso dando vueltas y vueltas en la cama. La incertidumbre me mata. Si no me tranquilizo voy a terminar mal

-Termine la frase: ¿va a terminar mal con qué?

-Es un presagio esa frase. Una amenaza. Pero no quiero hablar de la muerte ahora. No me siento bien, y es muy importante estar bien para vivir. Estos días también me pasaron cosas extrañas…

-Quizás no son cosas extrañas, sólo son cosas que usted no entiende.

-Puede ser. Entonces tengo que reconocer que hay cosas de mi vida que no entiendo. Por ejemplo, estuve toda la semana con ganas de ver a Mónica, pero ni la llamaba. Sólo pensaba y pensaba en eso: “¿la llamo o no la llamo? Mejor que llame ella. El hombre soy yo, la tengo que llamar yo” y eso también me hacía doler la cabeza. Me preguntaba varias veces: ¿me querrá ver o no? El viernes ella me mandó un mensaje de texto: “¿nos vemos mañana?”…pero cuando llegó el sábado no quise hacer nada, ni la llamé y me quedé solo en casa. Prendí la televisión, me tomé un Calmax de 0.5  y me fui a dormir hasta el domingo. Soy un boludo ¿no? Lo pienso y no me entiendo, a veces quiero intentar una relación más seria con ella. Pero en realidad esta mujer me atormenta, me deja abrumado. Me pide algo que no sé si no le puedo dar o no le quiero dar.

-¿Hay diferencia?

-Eso es lo extraño, no se si la quiero o la necesito, y además ella me pide que la ame, pero yo creo que ella quiere que la posea.

-¿Hay diferencia?

-No sé. A mí me gusta su perfume, es una mujer limpia. También me gusta la manera en que levanta las manos cuando se enoja conmigo, me gusta cuando se pone indiferente y la tengo que conquistar. Me gusta, me gusta mucho. Pero yo dudo mucho y ella insiste: “Vos a mí no me amás lo suficiente”. Eso desconcierta a cualquiera: ¿qué es amar a una mujer lo suficiente?

-No sé, Eduardo, el que no duerme por esa pregunta es usted.

-jajajajaja… no se haga la mujer conmigo!!!!!! Jajajajaa.

-Mejor nos vemos el jueves?

lunes, 12 de noviembre de 2012

Magdalena M.

Foto: Contestador automático

"Hola Ana... soy Magdalena M. ... estoy en una esquina muerta de miedo, no sé cómo llegar a la sesión. Aunque sea le hablo al contestador y usted me escuchará en mi horario. Me siento clavada a la vereda. No puedo respirar, pero tampoco sé si hay algo que respire y me purifique. Me siento impura, impía. Intento mover los pies, pero para dónde? La esquina está demasiado lejos. Lo normal está lejos. La vida que soñé está lejos. Querría calmarme, pensar que si doy un paso, seguro vendrán los siguientes y ya no tenga que pensar más nada. Espero que no se corte esta comunicación, que no sea uno de esos contestadores automáticos que deciden el tiempo del dolor, o el tiempo de contarle todo lo que me está pasando y que usted llegue a entenderme, a escucharme una vez más. Recién vengo de confesarme. No pude decirle al Padre Santiago todo lo que vivido y de lo que me arrepiento. Tampoco llego a la sesión para decirle a usted todo lo que vengo pensando y no quiero arrepentirme de más nada. Me duele vivir. Pero como me dijo la última vez... ¿esto es vida? pi pi pi pi


"Hola Ana... soy Magdalena M. ... estoy en una esquina muerta de miedo, no sé cómo llegar a la sesión. Aunque sea le hablo al contestador y usted me escuchará en mi horario. Me siento clavada a la vereda. No puedo re
spirar, pero tampoco sé si hay algo que respire y me purifique. Me siento impura, impía. Intento mover los pies, pero para dónde? La esquina está demasiado lejos. Lo normal está lejos. La vida que soñé está lejos. Querría calmarme, pensar que si doy un paso, seguro vendrán los siguientes y ya no tenga que pensar más nada. Espero que no se corte esta comunicación, que no sea uno de esos contestadores automáticos que deciden el tiempo del dolor, o el tiempo de contarle todo lo que me está pasando y que usted llegue a entenderme, a escucharme una vez más. Recién vengo de confesarme. No pude decirle al Padre Santiago todo lo que vivido y de lo que me arrepiento. Tampoco llego a la sesión para decirle a usted todo lo que vengo pensando y no quiero arrepentirme de más nada. Me duele vivir. Pero como me dijo la última vez... ¿esto es vida? pi pi pi pi

jueves, 11 de octubre de 2012

Octubre


A mi padre




…Y entonces cerré el cuaderno,
esperando el tiempo necesario para  escribir estas ideas.
Ignoré las claves que la vida dejó por acaso.
Me acosté muda de ilusión, pero a la hora me perdí,
 Me alejé  demasiado del momento de volver.
Dos lapiceras, una junto a otra, como  un escudo de familia,
fue la ambición de estar siempre en el punto de partida.

Pero no volviste, padre.
Te hiciste arena, 
ceniza, 
madera, 
piedra.
Y ya no hay solitarios jugándose en tu mesa.

Ya lo sé, padre,
hay secretos que no se dicen jamás,
Nadie sabrá nunca, que quisiste partir.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Para quién escribo?


¿Para quién? Cuánta perplejidad tiene esta pregunta.
Borges decía que los libros son ocasiones para la poesía, y que todos escribimos para ser amados. Esta frase debe llevar alguna verdad, pero no podría decir cuál es la arista que me corresponde de esa afirmación.
¿Escribo para quién? Repaso nombres, ausencias, anonimatos, desaparecidos, gobernantes, abogados, obreros de la construcción, paseantes, caminantes, paralíticos, agonizantes, deportistas, feriantes, farmacéuticos, enfermeros, ingenieros de puentes, analistas de sistemas varios incluso el nervioso, mujeres –todas ellas trabajadoras-, negros, blancos, amarillos con ojos bien abiertos, madres, hijos, huérfanos de madre, padres sin hijos, viudas…. escribo para ellos, para los que nunca me leerían y quizás nunca me lean.   

lunes, 13 de agosto de 2012

Gutiérrez

Contestador automático

Buenas noches Ana, soy Gutiérrez, me dio su teléfono José Pedro Domínguez… es mi abogado, soy alguien de confiar… le quiero pedir una hora urgente, no puedo esperar mucho… le dejo mi teléfono es 3419.2324… si me llama hoy mismo, se gana al gran paciente de su vida… anímese… la estoy esperando apurado.

lunes, 6 de agosto de 2012


Carlos R.

Timbre

-Hola Ana, cómo está… hoy no tenía ganas de venir….

-Ajá…. Quiere pasar?

-Si claro…

-Bueno, lo escucho Carlos… quiere seguir contándome de sus ganas de venir?

-De “no” venir…

-Si, por eso… lo escucho…

-Es que no tengo nada de lo que hablar… ¿qué le voy a contar? ¿Siempre lo mismo?... yo a usted ya le conté todo… no sé qué más tendría que contarle… algo entre nosotros se cortó….

-¿Un hilo se cortó?

-Puede ser… debería ser un hilo frágil si se cortó…

-Hace unos días estaba hablando del miedo que tenía a enfermarse de cáncer… porque su padre había muerto de cáncer, y su madre había muerto de cáncer y su hermana padeció un cáncer cuándo era adolescente, y ahora usted temía ser el próximo… después de eso… hace 2 sesiones que no quiere hablar de más nada… como si pensase que si habla más, si sigue el hilo se encuentre con la muerte… quizás si… pero no precisa ni enfermarse de cáncer, ni morirse en la realidad… algo de la muerte en ese hilo que suspendió debe estar…

-No sé… ahora que lo dice, pero yo no lo sé… quiero que me entienda bien… me hizo pensar pero no sé si tiene algo que ver… vino a verme aquel paciente del Sindicato… se acuerda? El que tenía un tumor en la garganta… lo operaron, estaba bien el tipo… la última vez que lo vi hace como 3 meses, pensé: “es un hombre fragilizado, ojalá se muera rápido así no se entera de lo que lo mató”…

-Pero se trataba de la vida de él, de la que quizás sí quería enterarse, o vivir ese proceso, o analizar y entender qué le significó ese “tumor” en su vida… no sé… usted quiere que todo se “corte”, se interrumpa, se silencie, antes de entregarse a vivir….

-Soy médico, siempre fui meticuloso, cuidadoso de la vida, no estoy de acuerdo con lo que me dice… querría estar de acuerdo con usted Ana, porque me siento bien al venir, aunque no tenga nada que decir… bueno, quizas no es que me siento bien, es que quiero hablar y al mismo tiempo dejar las cosas como están…

-Usted quiere todo: decir y no decir, estar contento pero no tanto, venir y no venir… no se quiere agujerear nunca… quiere todas las posibilidades.

-Es que quiero ser exacto con usted para que me entienda.

-Yo prefiero sus inexactitudes, sus tropiezos.

-NO me alivia lo que dice… al contrario, me hace pensar que tengo que me equivoco, que usted me ve con alguien que no logra lo que quiere, como me pasa con el jefe de Cardio… siempre me hace sentir que no hago las cosas bien….

-Habrá cosas que no hace bien, y otras que hace bien… pero usted no se quiere perder nada… quiere hacerlo bien y sentir que no lo hizo bien y se lo reprochan…

-No sé porqué me estoy acordando de algo… cuando era chico, un vecino me regaló una tortuga, y quise jugar con ella como si fuese una pelota y la maté sin darme cuenta…

-Qué frágiles  que son las cosas en sus manos… las personas, los hilos, las tortugas…

-Yo no soy un asesino por haberla matado…

-Un asesino de tortugas quizás si…
-Fue sin querer… yo no la quería matar…

-Será que quiso saber si lo imposible podía ser posible y mató… a una tortuga… pero le aclaro que  para la Justicia Argentina matar sólo una tortuga no es delito, pero parece que para usted si lo fue,  y eso es lo que importa, lo que a usted le representó matar a esa tortuga.

-Me sentí fuerte, como que se me fue la mano… la quería, era el único animal que me permitieron tener…

-Qué bonito eh!!!!! Eso hace usted con lo permitido?

-….

-Continuamos el lunes?...

miércoles, 18 de julio de 2012

Lis IV

Mensaje de texto


Hola Ana… soy Lis… ¿puedo cambiar el horario de hoy?... me quedé hasta tardísimo viendo una película… no me diga que no le gusta ver películas y quedarse hasta tarde, hasta muy tarde y acostarse con el amable calmax 0.5 de todas las noches… cuando era chica rezaba un padrenuestro todas las noches, cuando fui al colegio de monjas, rezaba un avemaria todas las noches… no me retes que no voy… el calmax de todas las noches no me deja más que llamarte a esta hora para avisarte que no voy… ¿viste cómo te quiero?  soy Lis, tu paciente preferida.

lunes, 16 de julio de 2012

-Roberto S.-




Timbre

-Hola Ana… vine cansado hoy, qué raro… es lunes, son las 12 del mediodía y ya estoy cansado…. Mejor paso y hablo un poco a ver qué cosa me pasa…

-Puede recostarse, hablar del cansancio… le aviso que aquí no viene a descansar…

-Me gusta su manera, es brava… medio maleva… lleva el tango en el alma….  Jajaja … no se enoje eh?

-…

-¿Se enojó?

-¿Quería verme enojada?

-Noooo… debe ser terrible usted enojada…

-¿Si? Lo sigo escuchando… puede continuar….

-Era un chiste eso de que debe ser terrible enojada, un juego para despertarme ya que viene tan desganado… hace mucho me dí cuenta de algo pero nunca se lo dije: A mi me gusta analizarme con usted…. Siempre me da en el clavo… jajajaj no me diga que yo soy el clavo y usted me golpea… 

-….

-Estoy tentado de risa… la imaginé con un martillo inmenso de esos inflables y golpeándome en la cabeza… jjajaja Jajaja … no puedo parar de reirme.. jaja  perdón, perdón… ya vuelvo a hablar lo que quería antes de entrar…

-Lo que está hablando es lo que quiere… quizás lo que “quería” ya no interesa… lo que se le va ocurriendo ahora puede tener otro valor.

-Es verdad… eso es una gran verdad… una cosa es lo que uno quiere y hay que dejarse llevar en el análisis por eso… es una gran enseñanza… ahora lo asocié con algo que me pasó la noche del sábado, me encontré con mi hermano que es un quejoso insoportable, le dije otra vez que se tiene que analizar, porque nunca hace lo que quiere… se queja todo el tiempo y después justifica lo que no le gusta para no tener que cambiarlo…

-Cómo es eso?

-Sigue con Eugenia, aunque dice que no la ama, porque “hace muchos años que están juntos”, no cambia de laburo “ porque están por aumentarle el sueldo… y así todo… no lo aguanto más… no sé cómo hacer para que se dé cuenta de que puede vivir de otra manera… pero es él el que tiene que querer, no puedo meterle las ideas en la cabeza de prepo…

-Tal vez me pedía eso… que le meta una idea en la cabeza con ese martillo inflable… que lo golpee pero poco… que le meta cosas en la cabeza pero que no le duela…

-Me pintó de cuerpo entero…

-…Lo golpeo. Lo pinto….

-A veces les digo a mis amigos: mi analista es fricky… no se enoje…

-Si insiste me voy a enojar de tantas intenciones que se trae…

-Es que yo digo que usted es fricky, es una mina rara, porque las mujeres no hablan así como usted habla… no se ríen de las cosas que –me parece- usted se ríe… las mujeres se enojan de cualquier cosa y usted no…

-¿Quiere que me enoje para pensar que soy una mujer?

-jajajajaja…. Usted es una mujer…

-¿Y usted cómo sabe eso?

-Eh?

-Nos vemos el viernes…

-Pero… me dejó sobresaltado.

-Se le pasó el cansancio…

-….

-Nos vemos el jueves…

(Notas: Hace casi dos meses que no hablo de Roberto en la supervisión, el miércoles voy a llevar sus últimas sesiones, a ver qué me dice Marta, o qué soy capaz de decir de él… me llama la atención la asociación que hace entre las mujeres y la violencia, y sobre la violenta indiferencia del hermano, una cierta melancolía, algo que le da rabia, quizás lo asocia a su padre, que le decía “el plasta”…  (plasta? Plata? Hasta?.... uhmmm…. ) todo está en un borde con la agresividad… “usted es…fricky?  Qué sera fricky en él? Este análisis está tomando una dirección diferente?”)

lunes, 25 de junio de 2012

Sesión No Velada de Vanesa y respuesta de Ana


Querida Ana:

A qué no sabés quién no va a la sesión hoy?
Adivinaste. Tengo un día complicadísimo y cómo me ofreciste la posibilidad de escribirte, ahí va:

Estoy sentada en el borde de mi cama, con la notebook sobre las rodillas y comiendo
 un yogurt.
(buena chica)
Hace una hora apagué un cigarrillo (el primero de la mañana, el último de mi vida. No voy a fumar más).
Vos te preguntarás porqué, si tanto insistí que no iba a dejar de fumar pese a los "mala onda" que me miran raro y que apantallan cerquita de mi cara.

Ayer me dí cuenta de algo.

Estaba escribiendo en la computadora fumando, sintiéndome libre como las volutas de humo, y de pronto se cae la ceniza afuera del cenicero. (voluta-boluda... qué parecido no?)
Me dí cuenta. La busqué. Corrí la cpu, levanté las pantuflas. Nada. Pensé: "está por la alfombra, mañana paso la aspiradora". Y seguí escribiendo y me olvidé.

Después me fui a acostar, me tomé mi té de naranjas (hecho por mi, cascarita por cascarita), y me dormí y soñé algo incoherente:
"Estaba en Córdoba. Entraba en la Biblioteca y pedía un libro, creo que era de terror, (insólito, nunca leí un libro de terror). Yo me daba cuenta del absurdo, qué hago en una Biblioteca en Córdoba pidiendo un libro de terror."

Sabés con qué lo asocié... cuando algo es malo, yo (qué exagero todo hasta la exageración) digo: es de terror.
Y hoy a la mañana tuve una experiencia de terror.
Me levanté con mi pijama blanco inmaculado. Fui a la cocina a hacer mi desayuno. (panes tostados, mantequita, miel) y prendí un cigarrillo sintiéndome mal, (como si lo hubiese prendido en honor a algo. Pero sin estar de acuerdo con ese homenaje) y en desacuerdo con la agenda del día: a las 18 me encuentro con Hernán para devolverle la plata que me prestó. (qué rabia, no le quería devolver nada).

Fui al baño a lavarme la cara y los dientes y vi en el espejo, que la ceniza perdida de la noche estaba en mi pijama.
Dormí con la ceniza.
Me acordé de mi abuela. Cuando murió mi abuelo Hilario, lo cremaron, y ella tenía en la mesa de luz, una caja de madera con las cenizas de él. Y siempre me decía: Antes dormía al lado de él y ahora al lado de sus cenizas.
Dormí con mi ceniza?
¿Algo vivo y algo muerto mío durmiendo conmigo mientras yo vivía un sueño?

Entonces, como no puedo no volver a dormir esta noche. Y como no puedo tener un insomnio permanente para no asustarme al despertar. Decidí dejar de fumar.
Ya sé que igual alguna ceniza mía por ahí voy a dejar. Pero bueno, espero no verlas por ahora. Voy a comer otro yogurt, es una manera de volver a lo inmaculado.

Qué me contestarás a todo este delirio???
besooooooooooo
Vanesa

Respuesta de Ana a Vanesa


Querida Vanesa:



El sueño de la Biblioteca de Córdoba en la que pedías un libro de terror, no esté disociado de las cenizas sobre el pijamas, ni disociado del encuentro con Hernán, a quien sentiste "malo, de terror" por querer cobrarte el dinero que te prestó hace un tiempo.

Pagar una deuda no sólo te dá rabia.

Lo que no contás en la sesión es ¿porqué contrajiste esa deuda con Hernán que ahora te da rabia pagar?

¿ Y porqué te parece que es tan importante resaltar o creerte que eso forma parte de algo "bueno" tener un pijama o un yogurt "inmaculado"?

Será que los deseos que tenías por Hernán se clausuran por que él te pidió que pagues tu deuda con él? Creías que deberías ser perdonada?

Por otra parte, la mácula en el pijama, fue tu propia ceniza, tu propia rabia, tu propio deseo de no pagar.

Pero bueno, nos vemos la próxima sesión y la seguimos?

un abrazo, hasta el lunes

Ana

lunes, 18 de junio de 2012

CALENDARIO


Calendario





La misma lapicera
marcando los días que pasan
en el mismo calendario.
Hoy todo parece un tango,
un compás impar
en las piernas del tiempo.
El polaco Goyeneche
colgó la voz en el agujerito de un disco.
Y vos insistís en marcar con la misma lapicera
el mismo calendario.

Hablo también de mí,
-ya lo sabés-.

Un poco de piedad:
una cita futura,
es el espejismo inútil
que te pido.

Pasa el tiempo
ya no espero más,
los caballos siguen corriendo
en 4 patas,
y las hojas del calendario
querido,
se volaron
hace años.

sábado, 16 de junio de 2012

Magdalena María (Sesión No velada)


Contestador automático:

Jueves 3 de marzo: 
Buenos días Licenciada… me dio su teléfono la Dra. Ferrari, me dijo que usted podía atenderme. Estoy en una situación delicada, pero no quiero dar datos por aqui. Pero no es urgente. No tengo celular y todavía no tengo un teléfono dónde pueda ubicarme… la vuelvo a llamar… mi nombre es Magdalena María, tengo 25 años… no sé si sirve este dato, pero bueno… mejor espero a que me pueda atender, hablar con una máquina no es para mí. Adiós, vuelvo a llamarla en breve.

(Primera entrevista)

Timbre

-Buenos días, soy Ana… adelante

-Si, mi nombre ya se lo dije en el mensaje, soy Magdalena María, puede decirme Magdalena… María es mi nombre de bautismo, quizás es el más importante, pero todos me dicen Magdalena o Magda… no sé si tiene importancia lo que digo… pero bueno… ¿dónde me siento?

-¿Le parece bien en el sillón rojo?

-Donde usted me diga va a estar bien, sé acomodarme a las situaciones.

-La escucho Magdalena, me dijo en el mensaje que la Dra. Ferrari le dio mi teléfono….

-Si… es delicado lo que le voy a decir, le pido que si usted no puede atenderme o no quiere atenderme me lo diga ya mismo.

-¿Porqué no querría atenderla?… no nos conocemos, tampoco usted sabe si quiere que yo sea su psicoanalista… vamos a dar tiempo a esas decisiones, ¿le parece?

-Es que no puedo perder tiempo.

-Bueno, tampoco puede ganarlo por ahora…

-Está bien… mejor le cuento lo que me pasa… trate de ser justa conmigo porque  si no me puede ayudar es mejor saberlo pronto, estoy sufriendo mucho por una exclusión terrible que fui objeto… que soy objeto.

-Cuénteme mejor, de qué exclusión fue objeto… es objeto…

-Es un poco vergonzante, hace días que tengo el rostro caliente y sé que tengo la mirada extraviada. Es demasiado difícil… Prefiero no mirarla para contarle, no se ofenda…

-No se preocupe, la estoy escuchando, quizás si habla se tranquilice un poco, tenga menos vergüenza, se le enfríe el rostro…

-Voy a confiar en usted… es tan complicado mi problema que ni el padre Ignacio quiso escucharme… soy novicia, o ex novicia, ya no lo sé… entré en el convento de Las hermanas de Cristo… ¿lo conoce?

-Discúlpeme, pero no…

-Mejor … entré en el convento hace 3 años… después de un largo tiempo de querer ser monja y luchar contra mi familia, entré en Las Hermanas de Cristo… en verdad, yo quería ser Carmelita… pero no pude entrar… quería estar enclaustrada, y no pude ni pasar por una sola reja… desde chica quería eso, me gustaba, me emocionaba pensar en ser novia de Cristo para siempre, y llevar el velo negro que tanto cuesta conseguir… fui cobarde…. Me costaba pensar en estar 6 meses o un año hasta que se decidiera algo sobre mí… entré entonces, quizás por facilismo, en Las Hermanas, ahí es otro régimen, otra espiritualidad… vivíamos en una comunidad bastante abierta, pero después de un tiempo, empecé a sentir sudores, a tener temblores en el cuerpo, sentía que los ojos se me iban para atrás… el estómago se me retorcía, mucho asco muchas veces…

-Y cuándo le pasaba todo eso?

-Cuando empecé a conocer más al resto de Las Hermanas, las cosas no eran como yo las esperaba, habían muchas rivalidades, no eran todas piadosas… no quiero hablar mal de nadie, pero se peleaban mucho, cuchicheaban unas de las otras, y a mi me empezaba a gustar todo mundo de chisme constante… parecíamos mujeres!

-Son mujeres…

-No se confunda… somos hermanas… pero estoy tan avergonzada… teníamos que rezar, eso es lo que teníamos que hacer… conversar unas de las otras, pelear por situaciones mundanas, nos hacía mal, pero parecía que era nuestra vida en comunidad así… hasta que me vino una enfermedad estando ahí adentro… una enfermedad terrible… que sólo puede ser una prueba que Dios me puso para ver mi vocación, por algo quiso probar también la tolerancia de mis hermanas en Cristo….

-¿De qué se enfermó?

-No sé ni cómo expresarle mi vergüenza… lo que pasaba era que cada vez que escuchaba una pelea, sentía 
una imperiosa necesidad de tocarme el cuerpo, de acariciarme en los lugares prohibidos de una mujer…  quería controlarme pero no podía y me sentía obligada, quizás por el diablo, a hacerlo delante de mis hermanas en la fe…

-Y con qué lo relaciona Magdalena… por qué cree que le pasaba eso… por ejemplo, si no le adjudicáramos eso al diablo y pensáramos en eso que a usted le pasaba estando en esa comunidad, con qué lo relaciona?

-No lo sé… usted entiende que no lo sé?... tal vez, necesitaba que alguien viera mi enfermedad y le pusiera frenos… era como si tuviera un diablo en el cuerpo… en las manos… los últimos días de la comunidad, rezaba para que alguien me atase, que alguien me castigase por eso…

-¿Y le dieron el gusto?

-¿De qué me está hablando?

-¿Le dieron el gusto, la ataron?

-No Licenciada Ana, no …. No, al contrario, me echaron… me dijeron que atentaba contra la vida de 
recogimiento del convento, y que lo único que podían hacer por mí era ofrecerme todas sus plegarias pero que tenía que salir de la Comunidad inmediatamente, por lo menos hasta que mi problema se solucione…. Estaba desesperada, primero quise hablar con el Padre Ignacio, pero no me escuchó… quizás ya le habían contado… me recibió en la Sacristía, ni me dejó sentar y me mandó con la Dra. Ferrari que es una ginecóloga… sin dejarme decirle nada, el padre Ignacio me dijo:  tu padecimiento es una “enfermedad del vientre de la mujer”… yo sabía que no era eso… sabía que era otra cosa… pero no se lo podía decir…

-Y ¿qué era la “otra cosa”?

-Tendría que contarle cosas de mi vida, que no querría contar, entiendo que usted es una profesional y le tengo que contar toda, como desnudarme frente a un médico, pero… me siento entre la espada y la pared…  tengo miedo que usted cuente las cosas que necesito decir… me pica todo el cuerpo…

-Puede contarme lo que quiera, no se preocupe, el secreto profesional es tan importante como cualquier compromiso vocacional…. Puede hablar de lo que quiera…. Quizás si se anima a decir las cosas que le resultan tan “picantes”, se alivie, pueda pensar mejor lo que le pasa, se le pase esa angustia que la tiene tan atrapada…

-Quizás tenga un trauma como eso que ustedes dicen, los psicólogos o psiquiatras…  ¿Le parece que si algo me pasó de chica y nunca lo dije, y me lo olvidé, o creí que me lo había olvidado, sea un trauma?

-Quizás le pasaron cosas que nunca habló y sea mejor entregarse a sus palabras…

-Cuando me venían los recuerdos de esos momentos traumáticos, yo rezaba sin parar… primero 20 Ave Marías, después 30 Padrenuestros, después tenía el rosario siempre en la mano, cada vez eran más los sacrificios  y los rezos, hasta que ya no contestaba cuando me hablaban porque rezar era lo único que me calmaba, rezaba y rezaba tratando de no quería perder el hilo de la oración…

-Pero el hilo puede volver a tomarse en otro momento… lo que no puede es dejar de hablar o escuchar lo que le dicen, o animarse a decir lo que cree que podría llegar a decir.

-Qué hora es?

-10.45…

-¿Ya me tengo que ir?

-Puede quedarse un poco más… la escucho…

-Prefiero irme, volver mañana o pasado mañana… el domingo no puedo porque empecé a ir a misa de 10 de la Iglesia del Rosario de Nueva Pompeya… y queda muy lejos de mi casa… la conoce?

-No, pero me puede contar porqué va tan lejos…

-No se lo puedo contar hoy… sólo le digo que el domingo no puedo…

-Yo no trabajo los domingos, pero puedo esperarla el lunes… ¿le parece?

-Si… usted cree que si hablo de los traumas, se van?

-La espero y seguimos hablando de usted, de sus cosas… ¿la acompaño a la calle?