No hay mercado abierto
para ninguna madre,
ni bar para ningún hermano.
Ningún hijo bastardo para llenar esta cuna.
Ni padre legítimo que traiga la comida a esta mesa.
Es el tiempo de la desmemoria.
Y no escribiré ningún relato de fondo
ninguna historia para recordar.
Suelta la cuerda,
déjame partir:
Eres mi adversario.
Mi adjetivo abyecto.
Mi enemigo.
Mi anónimo.
Mi sombra.
Mi paranoia.
Mi muerte segura.
Si puedes amarme con la verdad en las manos
-ámame-
Y si no… Guarda silencio!
Evapórate en la humedad de la tarde,
mézclate con las plantas,
púdrete.
esa cuerda que a veces se siente en el cuello, suéltate y a respirar libremente....
ResponderEliminarUn beso grande Marce!
¡UF! muy duro.
ResponderEliminarEs un poema fuerte, muy descriptivo.
No quisiera estar en la piel de aquél a quien va dirigido.
Abrazos.
me parece que va dirigigo a ti juan!!! jajajaja beso
ResponderEliminar.. yo no veo duro el poema.. dura será la situación de la que hay que escapar.. un poema más bien necesario y real..
ResponderEliminar.. besos, Marcela..
gracias Thoti, siempre tan sutil conmigo
ResponderEliminarSi puede amarte con la verdad en las manos, sobra todo lo demás.
ResponderEliminarBesos