Estoy esperando que llames.
Es el teléfono una máquina estéril,
mudo mecanismo metálico y numérico.
Y quisieras llamarme
pero eres todo del silencio
en esta mañana de lluvia.
Y ese artificio negro,
odioso autómata sin color,
se mantiene inmutable:
único socio
de nuestro orgullo.
Así sucede, Marcela: el maldito orgullo nos impide hacer lo que en realidad deseamos.
ResponderEliminarCon bonitas palabras lo has explicado.
Saludos.
Ring ring, ring ring.
ResponderEliminarUn gran saludo.
Ring, ringggggggggggg
ResponderEliminarhola?
Cómo agrietan las esperas!!
ResponderEliminarQué presunción de silencio forzado suelen tener los teléfonos!
Qué terquedad de ansias de su sonido nosotros!
Qué maniática desconsideración de no cumplir con nuestros deseos los otros!!...(jaja)
Besos.
Si, si, que barbaridad la tecnología errónea
ResponderEliminarPues hazle sonar tú. ja, ja. Muy lindo. Un abrazo
ResponderEliminartu.tu.tu.tu.tu..
ResponderEliminarocupado y no con vos...
no espere Lic. actue.
1 abrazo
a veces esperamos y cuando decidimos llamar...no tenemos crédito en el celular.
ResponderEliminarparadojas de la comunicación.
muy bueno.
que cosa el teléfono, el que espera desespera? si? abrazos telefónicos ring ring ring
ResponderEliminarmaldito orgullo!
ResponderEliminarun saludo!
y... me gusto mucho el poema^^
Manda um email lol Beijos Rebelde.
ResponderEliminarHola,paso por saludarte y agradecerte tu visita a la gruta,de paso con tu permiso me doy una vueltecita por tu casa.
ResponderEliminarmuy lindo!!!
ResponderEliminar