Son las 4 de la tarde,
y esta hora no se parece a nada.
Me sentaría en una silla
a mirar una pared
para descubrir una fisura, una fina luz
por donde se cuele el tiempo.
Son las 4 de la tarde
y quizás no sea el albor de nada,
y no sea el dolor de perder algo sagrado,
ni el ácido espasmo de la tortura,
ni el agrio desorden de una cama,
ni la voz del padre cuando dice NO
y nadie teme más.
Hay cosas que duelen demasiado,
hay abrazos de sombras con sombras
que se chocan como barcos fantasmas
detrás del horizonte y alguien grita: Vuelve,
y no hay dónde regresar.
Ni casa, ni tazón, ni isla.
Y todo se vuelve inútil
vácuo, hueco
y son las 4 de la tarde
las cuatro de la tarde
y el sol ya no está.
Tristeza,soledad y dolor.Quizás detrás del horizonte el eco de ese grito marque el camino del regreso.BELLÍSIMO.UN ABRAZO.
ResponderEliminarSoledad.
ResponderEliminarun abrazo
Bellísima muestra de tu faceta poética. Sentí ese vacío existencial, esa vacuidad de la soledad y de la ausencia que se sientan sobre el estómago para tal vez, buscar esa fisura por donde se cuela el tiempo (¿entra o se escapa?). Estuve contigo, con tu poema, a las 4 de la tarde. Hermosa, sobrecogedoramente melancólico. Abrazos.
ResponderEliminargracias!
ResponderEliminarGreat !!!!!
ResponderEliminarjan :)
Bastante wno, me gusta mucho.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por el blog.
PTA: Como dijo revolver, no es miedo a perder, el miedo es no tener donde ir.