viernes, 5 de junio de 2009

El Adiós


No sabían

del perfecto plan de despedirse.

Cada noche,

un agitar las palabras

un gritar en el cuarto

tramando una tela inconmovible

de reproches.

Había entre ellos

dados sin colores.

Cientos de cuentas

no pagadas por ninguno

suerte de nadie.

Una estela de desamor

rastros de la nada.
Ella, vació el armario

él, puños en la pared.

Una rabia premeditada

no quiso abandonar la escena.
Oliendo a pólvora

el adiós.

2 comentarios:

  1. Hola Marcela.

    Me ha gustado mucho como has descrito el lugar donde se rebasa el límite de lo cuerdo. Donde la abalancha de emociones se desborda y se convierte en descontrol.

    EL desconcierto de la razón por un sentimiento de posesión.


    Bello y trágico poema.

    Un saludo

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  2. Había entre ellos
    dardos sin colores...
    Este es el verso que me atrapa. Me encantó este triste y cotidiano poema.

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