viernes, 24 de julio de 2009

Sesión No Velada: Marisa




Timbre?
Si... un timbre suave, como si alguien quisiera entrar y no ser recibido al mismo tiempo.
Son las 17 hs, horario de Marisa.

-Hola, Buenas tardes, adelante

-Hola Ana, estoy bien en el horario? No tengo reloj, no sé si llegué antes o después.

-Si, llegaste.

-Que ganas de venir que tenía y al mismo tiempo que miedo a hablar!!!

-Miedo a tus propias palabras?

-No se bien, pero es como si tuviera un tambor en el pecho desde hace unos dias... quiero recordar desde cuándo pero no me doy cuenta...

-Podes entregarte a tus palabras, te escucho.

-No sé lo que soy capaz de decir si empiezo a hablar libremente... La semana pasada me sentía como si en mi vida no pasara nada. Fueron días de nada. Estuve aburrida o enojada o deprimida, hasta furiosa.

-Entonces no es que no pasó nada, estuviste gozando como una loca con esos potentes sentimientos.

-Jajajaja me haces reir, siempre llego pensando en qué es lo que me vas a decir si te cuento lo que siento, pero siempre me sorprendo, me decis casi lo contrario a lo que yo pensaba antes de hablar... mejor sigo.... te decía que estaba enojada o deprimida porque sentía que en mi vida no pasaba nada, y el lunes a la tarde recibí un mensaje anónimo, era la voz de una mujer en el teléfono que me decía: Deje en paz a mi marido.

-Y qué pensaste de ese mensaje?.

-Primero me asusté, me sentí culpable de no sé qué... pero inmediatamente reconocí que no sé quien es el marido y que yo no tengo relación con el marido de nadie... me fui a trabajar tan inquieta.

-Excitada?

-Inquieta dije. No era para mí el llamado, pero que alguien creyera que yo estaba molestando a un hombre, me sacó de esa tristeza-rabia que tenía, y se fue convirtiendo en alegría, me sentí importante para alguien. Alguien me llamó, me reprochó, hasta me hizo sentir un poco amenazada. Deje en paz a mi marido!!.

-La inquietud de esas palabras te cambiaron el ánimo.

-Si, hasta empecé a mirar a los tipos por la calle, me dí cuenta que también puedo inquietar a otros y no inquietarme a mi misma como hace meses que hago.

-…. quiere robar?

-Cómo?

-Te inquietó y hasta te alegró que alguien pensara que vos pudieras hacer algo “indebido”, robarle el marido a otra... algo de la culpa que decías... eso fue?.

-No sé....

-O fue la voz de esa mujer? Porque no fue la mirada de un hombre la que te perturbó, lo que verdaderamente te perturbó, te inquietó, te excitó fue la voz de una mujer que te habló de un hombre.

-Uhmmmmm....

-Si, está bien... nos vemos el martes. Hasta la próxima

2 comentarios:

  1. Hola Marcela,

    Gracias por regalarme con palavras tan bellas. Te felicito por su blog: soy un amante de las palavras, pero lamantablemente no tengo el talento para cambiarlas en poesia.

    Slds desde Brasil.

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