domingo, 4 de abril de 2010

III Sesión No Velada: Alfredo



Timbre.

- Hola Adelante.

- Hola Ana… qué alivio venir aquí… no puedo parar de pensar en mi hermano muerto… sólo decirlo me hace sentir que estoy triunfando sobre algo.

- Quizás está triunfando sobre sus palabras anteriores, porque sobre su propia muerte va a perder.

- Eso es lo que me alivió. Saber que puedo hablar de las cosas, de la muerte de Leonardo... y que hablar de eso sea mi vida, no mi muerte… cuando yo me muera serán otros los que hablarán de mi…

- Usted está en la vida de los otros, claro que los otros hablarán de usted cuando se muera… ahora mismo, estando vivo los otros que lo rodean hablan de usted… Isabel también hablará de usted…

- La dejé….

- Está seguro?

- Por qué me lo dice?... la dejé… le dije: no nos veamos más… quiero estar solo… no quiero aliviar ningún dolor estando acompañado…

- No sea masoquista… todos queremos que los dolores se alivien… aunque no se pueda…

- Puede ser… Leonardo murió sin tener opción de decidir aliviarse o no.

- Quizás para Leonardo morirse era un alivio…

- Ana… estoy muy dolorido con la muerte de mi hermano…. era mi hermano… porqué se tuvo que morir… yo lo necesitaba todavía…

- Pero él no se murió para molestarlo a Ud. El ser murió por la convicción de no vivir más así… de que su dignidad no se lo permitía… todos tenemos nuestros límites… el de su hermano fue ese…

- A veces creo que la vida me llevó por delante con esa muerte… la vida me atropelló… yo cruzaba distraído esa ruta de la vida, cruzaba pensando en que todos éramos inmortales… lindos… exitosos… y no… de repente me levantó en el aire… y me dejó tirado en el medio de la calle y no hubo un sólo auto, un sólo camión que no me pasase por encima… estoy destruido… soy un hombre en pleno luto… cuando yo era chico las mujeres se vestían de negro y los hombres se ponían una fajita negra en la manga del traje… yo no estoy en ese momento… yo soy esa fajita negra en todo el cuerpo, en todo lo que me ponga… soy un luto, un duelo que camina… un Hamlet vivo dentro de una fosa…

- Está volviendo a hablar… y yo lo escucho.

- Se puede gritar, aullar de dolor?

- Y quién quiere que lo escuche? …porque yo estoy aquí en mi sillón detrás suyo…sé de su dolor… su silencio también es un grito… pero si quien quiere que lo escuche es su hermano muerto ningún grito alcanzará… es mejor hablar y hablar y hablar, dejar que los vivos lo escuchen…

- Qué dolor y qué alivio al mismo tiempo… que difícil estar vivo así…

- Más difícil es morirse a los 35 años…

- Qué responsabilidad seguir vivo…

- Mañana debe pagar sus honorarios del mes… seguir vivo es una gran responsabilidad…

- Gracias. Vuelvo mañana en mi horario.

3 comentarios:

  1. El pago de los honorarios del mes lo harán gemir de otra manera... En serio, me parece muy buena y realista esta serie de relatos sobre supuestas consultas psicológicas. Podrías, estoy seguro, escribir un libro muy interesante y didáctico sobre todas tus experiencias... Claro, sin mencionar nombres reales ni casos que marquen demasiado el perfil psicológico de algún cliente... Me gusta leerte. Abrazos.

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  2. jejeje... por momentos Ana es cínica. me cae bien.

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  3. Coincido con Pedro, sin lugar a dudas un libro que reúna todos estos relatos sería una experiencia muy enriquecedora!

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