martes, 13 de septiembre de 2011


Fracasar se puede siempre


Hubiese sido mejor

llamarme con el nombre de las cosas

que no llegan a destino,

ser un recibo de un telegrama

que ha perdido vigencia.


Hubiese preferido ser una estrella en cualquier noche,

no de verano,

en una noche donde las estrella tienen que adivinarse.


Hubiese sido mejor ser una letra minúscula,

una botella arrojada al mar sin ningún mensaje.

Hubiese preferido no tener mérito,

la verdad es a veces muy poco interesante.


La vida es un borrador a punto de ser arrojado en un cesto

y soy una palabra mal escrita,

un paso en falso del caminar,

un autobús equivocado,

una libertad condicional,

una fianza que no paga nadie.


Soy el rebote de las cosas cuando caen,

ese ruido sordo del fracaso

que tarde o temprano

nos encuentra.

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