martes, 5 de junio de 2012

Bernardo 1



Timbre

-Hola Buen día..

-Adelante Bernardo, ¿un poquito tarde hoy?

-…tengo motivos serios…

-¿Si?

-Mejor me acuesto en el diván y le cuento… nunca sé si usted cree o no lo que le digo… hoy le pido que haga de cuenta que me cree… estoy mal… discutí con María Alejandra… creo que tiene un amante, y eso sería terminal entre nosotros… le toleré tanto, pero eso ya no se lo puedo tolerar… discutimos desde anoche, nos levantamos discutiendo y la seguimos hasta hace un rato… la acompañé al trabajo después de la discusión… quería ver si ella aceptaba o no que yo la acompañara…

-Quería espiarla… no acompañarla.

-Un poco de cada cosa… siempre la llevo al trabajo, pero cuando discutimos cada uno se va por su lado… no sé bien qué pensar…  últimamente peleamos por todo.. ayer llegó de la oficina y prendió la computadora como una alienada… y ahí me dí cuenta que ella no me tiene de amigo en el facebook… ¿no es raro eso??

-No creo que  fuese tan raro, porque la sesión pasada dijo: “yo nunca sería amigo de ella en nada, porque se mete en todo y desconfía de todo… ¿hablaba de ella o de usted?

-Está bien, yo pienso eso, pero es que no había tomado en cuenta que ella tampoco quería que yo fuese su “amigo”… entonces… ¿quiénes son sus amigos?

-…. Puede continuar

-Tiene 256 amigos… ¿quiénes son?... A nuestra casa no viene nadie… … …

-¿En qué se detuvo?

-Ella me dijo que está cansada de tanta soledad… tanta miseria entre nosotros… pero ¿de qué miseria habla?  Ella gana muy bien en su trabajo, yo no le hago faltar nada… eso fue lo generó la discusión… yo no soy un miserable… nunca fui un miserable, ella lo sabe bien!!! El que era miserable era mi viejo!! Cómo lo odiaba… ahora me acordé de algo… Un día se hizo el malo y no quiso levantarse para ir a trabajar y ese día no comimos… era su día de cobro y no fue… en mi casa no llegábamos a fin de mes… nunca había un mango… éramos felices sólo el día de cobro… y el hijo de puta no quiso levantarse para ir a cobrar… mi vieja era un amor, pero se ponía tensa… se ponía colorada de odio,  pero se quedaba muda… ese día fue terrible… mi vieja salió de la casa y les golpeo la puerta a los Gómez, los vecinos, y les pidió una taza de polenta para hacernos a mi hermana y a mi… (ella nunca nos hacía faltar nada, se la arreglaba de alguna manera para cuidarnos)… pero cuando mi viejo, escuchó la puerta… era tan orgulloso de mierda que se levantó de la cama para espiarla…

-Como usted hoy a la mañana?

-Puede ser, pero fue peor que yo… yo me parezco más a mi vieja… y vio que venía con la taza llena de polenta se la sacó de la mano… y se armó una terrible… se la sacó a la fuerza y la tiró en el inodoro… yo me escondí debajo de mi cama… tenía tanto miedo… recuerdo las pelusas y cajas de zapatos vacías debajo de la cama… sentía que me ahogaba, que iba a toser o a estornudar… creí que me iba a morir… y mi hermanita lloraba agarrada del delantal de mi mamá… mi viejo después de eso se acostó otra vez y no se levantó hasta el otro día… eso me marcó mal, me debilitó mucho como hombre… durante mucho tiempo mi masculinidad era un desastre… no tenía…

-¿polenta?

-Jajajajaja… es tan mala conmigo que me hace bien… usted no me tiene lástima… muchas veces siento que todos me tienen lástima… o desprecio… María Alejandra me desprecia últimamente, por eso pienso que tiene un amante…

-Quizás le está pidiendo que usted recupere su masculinidad más allá del dinero que “no le hace faltar”… porque… ¿qué es lo que le hace faltar?

-No sé… me parece que no la quiero… pero es mi esposa… no tenemos hijos porque ella no quiere… y yo quiero ser padre… ella me hace faltar esa ilusión…

-Y usted, ¿qué ilusión le hace faltar?

-No sé Ana, me parece que ella no es para mí… fue para mí cuando salí de la facultad, cuando juntos empezamos a ahorrar y compramos el primer departamento en Almagro… pero después poco a poco nos fuimos alejando… y cuando quisimos mudarnos para comprar el de 4 ambientes empezamos a discutir… ella quería en Palermo y yo en La Paternal… entonces compramos otro en Almagro para no seguir discutiendo…

-Usted quería en La Paternal y ella en Palermo, pero como no se pusieron de acuerdo compraron en otro lugar que no les gusta a ninguno de los dos… usted quiere ser padre y ella no… entonces ella quiere tener 256 amigos en Facebook y ¿usted quiere que ella tenga un amante para abandonarla sin sentir falta?

-Puede ser… me quedo sin palabras…

-O sin la ilusión de la juventud?

-Si… usted piensa que todavía puedo enamorarme y tener un hijo con una mujer que me ame?

- La Paternal sigue siendo un buen barrio…

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