jueves, 2 de febrero de 2012

El día anterior no fue ayer



 
Mi versión de los acontecimientos
siempre fue otra:
saber de vos no dependió de nadie,
todos cerraron las compuertas del deseo
pensando en los diques arrasados,
en las postes de luz caídos durante las tormentas,
en los árboles muertos, en los paraísos perdidos.

Pero mi versión de los acontecimientos siempre fue otra:
Saber de vos, no dependió de nadie.
Hubo velos, y vientos, y velas apagadas en cada encuentro.
Para mi, vos eras la luz, el destello, el brillo.
Entre nosotros, nada fue fugaz 
ni en las tardes más efímeras

Mi versión de los acontecimientos, siempre fue otra.
Tengo una memoria que se agita como una virgen nerviosa,
busco y busco los hilos de la trama,
y vienen tus palabras como cochecitos de colección
 a ocupar los mejores lugares de la repisa.

Me dijiste: “mañana a la misma hora”,
Y  me arrojé hacia tus brazos como a la fogata de San Juan.
Yo te amo, me dijiste,
y no hay ayer donde no estés,
tengo en la mano un pasaje de ida, 
el tiempo es un viaje que emprendemos juntos,
todo se ha vuelto del revés
y este amor es un guante de seda,
que nos acaricia entre los dedos.

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