miércoles, 5 de enero de 2011

Sesión No Velada: Margarita




Timbre

-Hola Ana buen día… llueve muchísimo hoy…

-Adelante

-Los días de lluvia me asustan un poco… hoy es una típica tormenta de verano… truenos, lluvia demasiado fuerte. Parece que se está por caer el cielo… tengo tanto miedo…

-Quizás quiere hablar del miedo, no de la lluvia.

-…

-…

-Anoche tuve un sueño. Una pesadilla terrible. “Era de noche. Yo escuchaba gritos pero no me movía de la cama. De pronto vi una luz. Pero no me daba cuenta si la luz venía de la ventana o del interior de mi propia casa. Eran gritos de mujer.”… No me acuerdo de nada más.

-¿Y con qué lo asocia?

-Cuando empecé a contar el sueño lo asocié con un libro que estoy leyendo: “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” de S. Larsson… pero me acordé de otra cosa: ayer fui a dar una clase a la facultad, ya se está terminando el año y todo se relaja un poco. Fui a la sala de profesores a saludar a los colegas y a tomar un café, cuando de pronto entra la profesora de Antropología sin saludar a nadie. Es una mujer inmensa, mete miedo.

-Hay mujeres que le dan miedo…

-Si. Mi tía Laura me da miedo, mi madre enojada me daba miedo. La profesora de Antropología me da miedo.

-Y las tormentas, y la lluvia, quizás yo misma le dé miedo.

-Usted también me da miedo, pero no cuando habla y me dice cosas que a veces me enojan, usted me da miedo cuando se queda en silencio. No sé qué está pensando. Cuando le cuento algo y me contesta algo enseguida, me quedo tranquila. Pero si no dice nada: me asusto.

-Si no le digo nada “se le viene la noche”, si le contesto algo, si escucha mi voz: le viene una luz, que no sabe si viene de afuera o es una luz que está adentro suyo.

-Si, es verdad. Pero yo escuchaba gritos de mujer… en el libro, hasta donde leí, hay un maltrato a las mujeres… en el primer libro de Larsson también…. Hay un maltrato… cuando yo era adolescente, todas mis amigas hablaban de algún abuso de un tío, de un amigo del padre, de un vecino… siempre aparecía el tema del abuso… yo me preguntaba cómo era posible, a mi nunca me pasó nada de eso… mi madre no dejaba que nadie se me acerque, ni siquiera los que me iban a querer bien.

-Quizás la que tenía mucho miedo era su mamá.

-Puede ser. No me dejaba ni a sol ni a sombra. Estaba siempre vigilada. No podía ni ir al kiosco de la esquina a comprar un chicle. Ella salía a la vereda a controlar que nadie se me acercara… un día un señor de la cuadra de mi casa se me acercó a preguntarme si quería un caramelo y mi vieja hizo tanto escándalo que nadie más me habló en el barrio… cuando ella se murió, yo tenía 27 años… ya hace 10 años que murió… uff… creí que hacía menos… durante la ceremonia en el cementerio, empecé a pensar que no me iba a vigilar más. No estaba triste, tenía una rabia. Mi papá que siempre fue medio distante, me abrazó y me dijo: “yo te voy a seguir cuidando de otra manera”… nunca entendí qué me quiso decir…

-Le quiso decir que Ud. nunca estuvo a solas con su madre.

-No sé… estando ella, nadie iba a abusar de mí.

-Quizás el abuso fue ese.

-… Qué rabia tenía ese día… Cuando la estaban cremando yo pensaba… ¿le dolerá?.

-A veces a usted también le pasa que sueña con un fósforo y un bidón de gasolina.

-Glup. Usted también me dá miedo.

-Continuamos la próxima. La espero el jueves.

4 comentarios:

  1. Buena prosa, niño :-) Qué te voy a contar que no sepas... Gracias por tus siempre amables palabras en mi blog, un beso grande, grande :-)

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  2. marcelita!

    ou será que falo com Ana!!!!

    ...e os medos estão sempre rondando... silenciosos, ou mesmo iluminados...

    e como alguns demoram para ser descobertos!!!

    gracias
    beijossssss

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  3. Siempre una inteligencia fulgurante se teje en estas letras.
    Gracias!

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