jueves, 11 de octubre de 2012

Octubre


A mi padre




…Y entonces cerré el cuaderno,
esperando el tiempo necesario para  escribir estas ideas.
Ignoré las claves que la vida dejó por acaso.
Me acosté muda de ilusión, pero a la hora me perdí,
 Me alejé  demasiado del momento de volver.
Dos lapiceras, una junto a otra, como  un escudo de familia,
fue la ambición de estar siempre en el punto de partida.

Pero no volviste, padre.
Te hiciste arena, 
ceniza, 
madera, 
piedra.
Y ya no hay solitarios jugándose en tu mesa.

Ya lo sé, padre,
hay secretos que no se dicen jamás,
Nadie sabrá nunca, que quisiste partir.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Para quién escribo?


¿Para quién? Cuánta perplejidad tiene esta pregunta.
Borges decía que los libros son ocasiones para la poesía, y que todos escribimos para ser amados. Esta frase debe llevar alguna verdad, pero no podría decir cuál es la arista que me corresponde de esa afirmación.
¿Escribo para quién? Repaso nombres, ausencias, anonimatos, desaparecidos, gobernantes, abogados, obreros de la construcción, paseantes, caminantes, paralíticos, agonizantes, deportistas, feriantes, farmacéuticos, enfermeros, ingenieros de puentes, analistas de sistemas varios incluso el nervioso, mujeres –todas ellas trabajadoras-, negros, blancos, amarillos con ojos bien abiertos, madres, hijos, huérfanos de madre, padres sin hijos, viudas…. escribo para ellos, para los que nunca me leerían y quizás nunca me lean.