lunes, 25 de junio de 2012

Sesión No Velada de Vanesa y respuesta de Ana


Querida Ana:

A qué no sabés quién no va a la sesión hoy?
Adivinaste. Tengo un día complicadísimo y cómo me ofreciste la posibilidad de escribirte, ahí va:

Estoy sentada en el borde de mi cama, con la notebook sobre las rodillas y comiendo
 un yogurt.
(buena chica)
Hace una hora apagué un cigarrillo (el primero de la mañana, el último de mi vida. No voy a fumar más).
Vos te preguntarás porqué, si tanto insistí que no iba a dejar de fumar pese a los "mala onda" que me miran raro y que apantallan cerquita de mi cara.

Ayer me dí cuenta de algo.

Estaba escribiendo en la computadora fumando, sintiéndome libre como las volutas de humo, y de pronto se cae la ceniza afuera del cenicero. (voluta-boluda... qué parecido no?)
Me dí cuenta. La busqué. Corrí la cpu, levanté las pantuflas. Nada. Pensé: "está por la alfombra, mañana paso la aspiradora". Y seguí escribiendo y me olvidé.

Después me fui a acostar, me tomé mi té de naranjas (hecho por mi, cascarita por cascarita), y me dormí y soñé algo incoherente:
"Estaba en Córdoba. Entraba en la Biblioteca y pedía un libro, creo que era de terror, (insólito, nunca leí un libro de terror). Yo me daba cuenta del absurdo, qué hago en una Biblioteca en Córdoba pidiendo un libro de terror."

Sabés con qué lo asocié... cuando algo es malo, yo (qué exagero todo hasta la exageración) digo: es de terror.
Y hoy a la mañana tuve una experiencia de terror.
Me levanté con mi pijama blanco inmaculado. Fui a la cocina a hacer mi desayuno. (panes tostados, mantequita, miel) y prendí un cigarrillo sintiéndome mal, (como si lo hubiese prendido en honor a algo. Pero sin estar de acuerdo con ese homenaje) y en desacuerdo con la agenda del día: a las 18 me encuentro con Hernán para devolverle la plata que me prestó. (qué rabia, no le quería devolver nada).

Fui al baño a lavarme la cara y los dientes y vi en el espejo, que la ceniza perdida de la noche estaba en mi pijama.
Dormí con la ceniza.
Me acordé de mi abuela. Cuando murió mi abuelo Hilario, lo cremaron, y ella tenía en la mesa de luz, una caja de madera con las cenizas de él. Y siempre me decía: Antes dormía al lado de él y ahora al lado de sus cenizas.
Dormí con mi ceniza?
¿Algo vivo y algo muerto mío durmiendo conmigo mientras yo vivía un sueño?

Entonces, como no puedo no volver a dormir esta noche. Y como no puedo tener un insomnio permanente para no asustarme al despertar. Decidí dejar de fumar.
Ya sé que igual alguna ceniza mía por ahí voy a dejar. Pero bueno, espero no verlas por ahora. Voy a comer otro yogurt, es una manera de volver a lo inmaculado.

Qué me contestarás a todo este delirio???
besooooooooooo
Vanesa

Respuesta de Ana a Vanesa


Querida Vanesa:



El sueño de la Biblioteca de Córdoba en la que pedías un libro de terror, no esté disociado de las cenizas sobre el pijamas, ni disociado del encuentro con Hernán, a quien sentiste "malo, de terror" por querer cobrarte el dinero que te prestó hace un tiempo.

Pagar una deuda no sólo te dá rabia.

Lo que no contás en la sesión es ¿porqué contrajiste esa deuda con Hernán que ahora te da rabia pagar?

¿ Y porqué te parece que es tan importante resaltar o creerte que eso forma parte de algo "bueno" tener un pijama o un yogurt "inmaculado"?

Será que los deseos que tenías por Hernán se clausuran por que él te pidió que pagues tu deuda con él? Creías que deberías ser perdonada?

Por otra parte, la mácula en el pijama, fue tu propia ceniza, tu propia rabia, tu propio deseo de no pagar.

Pero bueno, nos vemos la próxima sesión y la seguimos?

un abrazo, hasta el lunes

Ana

lunes, 18 de junio de 2012

CALENDARIO


Calendario





La misma lapicera
marcando los días que pasan
en el mismo calendario.
Hoy todo parece un tango,
un compás impar
en las piernas del tiempo.
El polaco Goyeneche
colgó la voz en el agujerito de un disco.
Y vos insistís en marcar con la misma lapicera
el mismo calendario.

Hablo también de mí,
-ya lo sabés-.

Un poco de piedad:
una cita futura,
es el espejismo inútil
que te pido.

Pasa el tiempo
ya no espero más,
los caballos siguen corriendo
en 4 patas,
y las hojas del calendario
querido,
se volaron
hace años.

sábado, 16 de junio de 2012

Magdalena María (Sesión No velada)


Contestador automático:

Jueves 3 de marzo: 
Buenos días Licenciada… me dio su teléfono la Dra. Ferrari, me dijo que usted podía atenderme. Estoy en una situación delicada, pero no quiero dar datos por aqui. Pero no es urgente. No tengo celular y todavía no tengo un teléfono dónde pueda ubicarme… la vuelvo a llamar… mi nombre es Magdalena María, tengo 25 años… no sé si sirve este dato, pero bueno… mejor espero a que me pueda atender, hablar con una máquina no es para mí. Adiós, vuelvo a llamarla en breve.

(Primera entrevista)

Timbre

-Buenos días, soy Ana… adelante

-Si, mi nombre ya se lo dije en el mensaje, soy Magdalena María, puede decirme Magdalena… María es mi nombre de bautismo, quizás es el más importante, pero todos me dicen Magdalena o Magda… no sé si tiene importancia lo que digo… pero bueno… ¿dónde me siento?

-¿Le parece bien en el sillón rojo?

-Donde usted me diga va a estar bien, sé acomodarme a las situaciones.

-La escucho Magdalena, me dijo en el mensaje que la Dra. Ferrari le dio mi teléfono….

-Si… es delicado lo que le voy a decir, le pido que si usted no puede atenderme o no quiere atenderme me lo diga ya mismo.

-¿Porqué no querría atenderla?… no nos conocemos, tampoco usted sabe si quiere que yo sea su psicoanalista… vamos a dar tiempo a esas decisiones, ¿le parece?

-Es que no puedo perder tiempo.

-Bueno, tampoco puede ganarlo por ahora…

-Está bien… mejor le cuento lo que me pasa… trate de ser justa conmigo porque  si no me puede ayudar es mejor saberlo pronto, estoy sufriendo mucho por una exclusión terrible que fui objeto… que soy objeto.

-Cuénteme mejor, de qué exclusión fue objeto… es objeto…

-Es un poco vergonzante, hace días que tengo el rostro caliente y sé que tengo la mirada extraviada. Es demasiado difícil… Prefiero no mirarla para contarle, no se ofenda…

-No se preocupe, la estoy escuchando, quizás si habla se tranquilice un poco, tenga menos vergüenza, se le enfríe el rostro…

-Voy a confiar en usted… es tan complicado mi problema que ni el padre Ignacio quiso escucharme… soy novicia, o ex novicia, ya no lo sé… entré en el convento de Las hermanas de Cristo… ¿lo conoce?

-Discúlpeme, pero no…

-Mejor … entré en el convento hace 3 años… después de un largo tiempo de querer ser monja y luchar contra mi familia, entré en Las Hermanas de Cristo… en verdad, yo quería ser Carmelita… pero no pude entrar… quería estar enclaustrada, y no pude ni pasar por una sola reja… desde chica quería eso, me gustaba, me emocionaba pensar en ser novia de Cristo para siempre, y llevar el velo negro que tanto cuesta conseguir… fui cobarde…. Me costaba pensar en estar 6 meses o un año hasta que se decidiera algo sobre mí… entré entonces, quizás por facilismo, en Las Hermanas, ahí es otro régimen, otra espiritualidad… vivíamos en una comunidad bastante abierta, pero después de un tiempo, empecé a sentir sudores, a tener temblores en el cuerpo, sentía que los ojos se me iban para atrás… el estómago se me retorcía, mucho asco muchas veces…

-Y cuándo le pasaba todo eso?

-Cuando empecé a conocer más al resto de Las Hermanas, las cosas no eran como yo las esperaba, habían muchas rivalidades, no eran todas piadosas… no quiero hablar mal de nadie, pero se peleaban mucho, cuchicheaban unas de las otras, y a mi me empezaba a gustar todo mundo de chisme constante… parecíamos mujeres!

-Son mujeres…

-No se confunda… somos hermanas… pero estoy tan avergonzada… teníamos que rezar, eso es lo que teníamos que hacer… conversar unas de las otras, pelear por situaciones mundanas, nos hacía mal, pero parecía que era nuestra vida en comunidad así… hasta que me vino una enfermedad estando ahí adentro… una enfermedad terrible… que sólo puede ser una prueba que Dios me puso para ver mi vocación, por algo quiso probar también la tolerancia de mis hermanas en Cristo….

-¿De qué se enfermó?

-No sé ni cómo expresarle mi vergüenza… lo que pasaba era que cada vez que escuchaba una pelea, sentía 
una imperiosa necesidad de tocarme el cuerpo, de acariciarme en los lugares prohibidos de una mujer…  quería controlarme pero no podía y me sentía obligada, quizás por el diablo, a hacerlo delante de mis hermanas en la fe…

-Y con qué lo relaciona Magdalena… por qué cree que le pasaba eso… por ejemplo, si no le adjudicáramos eso al diablo y pensáramos en eso que a usted le pasaba estando en esa comunidad, con qué lo relaciona?

-No lo sé… usted entiende que no lo sé?... tal vez, necesitaba que alguien viera mi enfermedad y le pusiera frenos… era como si tuviera un diablo en el cuerpo… en las manos… los últimos días de la comunidad, rezaba para que alguien me atase, que alguien me castigase por eso…

-¿Y le dieron el gusto?

-¿De qué me está hablando?

-¿Le dieron el gusto, la ataron?

-No Licenciada Ana, no …. No, al contrario, me echaron… me dijeron que atentaba contra la vida de 
recogimiento del convento, y que lo único que podían hacer por mí era ofrecerme todas sus plegarias pero que tenía que salir de la Comunidad inmediatamente, por lo menos hasta que mi problema se solucione…. Estaba desesperada, primero quise hablar con el Padre Ignacio, pero no me escuchó… quizás ya le habían contado… me recibió en la Sacristía, ni me dejó sentar y me mandó con la Dra. Ferrari que es una ginecóloga… sin dejarme decirle nada, el padre Ignacio me dijo:  tu padecimiento es una “enfermedad del vientre de la mujer”… yo sabía que no era eso… sabía que era otra cosa… pero no se lo podía decir…

-Y ¿qué era la “otra cosa”?

-Tendría que contarle cosas de mi vida, que no querría contar, entiendo que usted es una profesional y le tengo que contar toda, como desnudarme frente a un médico, pero… me siento entre la espada y la pared…  tengo miedo que usted cuente las cosas que necesito decir… me pica todo el cuerpo…

-Puede contarme lo que quiera, no se preocupe, el secreto profesional es tan importante como cualquier compromiso vocacional…. Puede hablar de lo que quiera…. Quizás si se anima a decir las cosas que le resultan tan “picantes”, se alivie, pueda pensar mejor lo que le pasa, se le pase esa angustia que la tiene tan atrapada…

-Quizás tenga un trauma como eso que ustedes dicen, los psicólogos o psiquiatras…  ¿Le parece que si algo me pasó de chica y nunca lo dije, y me lo olvidé, o creí que me lo había olvidado, sea un trauma?

-Quizás le pasaron cosas que nunca habló y sea mejor entregarse a sus palabras…

-Cuando me venían los recuerdos de esos momentos traumáticos, yo rezaba sin parar… primero 20 Ave Marías, después 30 Padrenuestros, después tenía el rosario siempre en la mano, cada vez eran más los sacrificios  y los rezos, hasta que ya no contestaba cuando me hablaban porque rezar era lo único que me calmaba, rezaba y rezaba tratando de no quería perder el hilo de la oración…

-Pero el hilo puede volver a tomarse en otro momento… lo que no puede es dejar de hablar o escuchar lo que le dicen, o animarse a decir lo que cree que podría llegar a decir.

-Qué hora es?

-10.45…

-¿Ya me tengo que ir?

-Puede quedarse un poco más… la escucho…

-Prefiero irme, volver mañana o pasado mañana… el domingo no puedo porque empecé a ir a misa de 10 de la Iglesia del Rosario de Nueva Pompeya… y queda muy lejos de mi casa… la conoce?

-No, pero me puede contar porqué va tan lejos…

-No se lo puedo contar hoy… sólo le digo que el domingo no puedo…

-Yo no trabajo los domingos, pero puedo esperarla el lunes… ¿le parece?

-Si… usted cree que si hablo de los traumas, se van?

-La espero y seguimos hablando de usted, de sus cosas… ¿la acompaño a la calle?



jueves, 14 de junio de 2012

La Casa siguiente



 
Ciertamente esa flor no estaba en mi balcón,
no había ojos en ninguna ventana vecinal,
ni racimos de uvas en ninguna mesa.

Ciertamente no caminaba estas calles,
ni tenía zapatos con puntera de metal,
ni sabía prender fósforos de madera.

No vivíamos en aquella casa de ventanas blancas,
ni en la siguiente,
vivíamos en la que tiene el número 561
colgado de un árbol, 
y ciertamente  no moriremos allí.

Las agujas relucen en el pajar,
y este reloj no marca ninguna hora.

Entre nosotros
el tiempo es un liquen que no para de crecer.

sábado, 9 de junio de 2012

Bernardo 2



Timbre

-Buenas noches, adelante

-Siempre son buenas noches para usted Ana? Cómo tiene buen humor a esta hora… hoy estoy que me llevan los diablos…

-Puede recostarse en el diván y contarme de qué se trata eso que dice?

-Si le digo que me pelee otra vez con María Alejandra, usted me va a decir que me separe…

-Si? Eso le voy a decir?

-Estoy seguro, todos los psicoanalistas se quieren sacar los problemas de encima… usted no debe ser distinta en eso… tal vez por eso tiene buen humor, “patea a la tribuna”… …

-…

-¿Se lo tomó a mal? Era una broma… porque siempre de buen humor da que pensar…

-Y usted qué piensa del buen humor que me adjudica?

-Varias cosas… que patea para la tribuna los problemas… bah quiero decir que no se engancha con las boludeces de todos los días… usted debe ser una de esas mujeres que se toma la vida con … ¿cómo se dice?... no me acuerdo la palabra… bueno, que se la toma con soda… no le iba a decir eso, pero no me acuerdo la palabra… se la toma con… y no me sale la palabra… la tengo en la punta de la lengua… me sale “idiosincrasia” pero no es eso que quiero decir… ah… puedo decir… se toma la vida con “filosofía”… tampoco era esa palabra, pero se acerca más que idiosincrasia que no tiene nada que ver…

-Bueno, por algo apareció “Idiosincrasia” en lugar de “filosofía”… con qué lo asocia?

-No sé… idiosincrasia me hace pensar en idiota y democracia… no sé qué más decir… soy un idiota?

-Quizás es idiota decidiendo cosas democráticamente…

-Ahhhh …. Sabe lo que me hizo acordar… lo de la discusión con María Alejandra… en la sesión pasada usted me dijo, que La paternal podía seguir siendo un buen barrio, y llegué a mi casa y se lo dije… ella se puso de mal humor, me dijo que usted me mete cosas en la cabeza que ella ya me había sacado.

-¿Se sintió un idiota? Una mujer le pone algo en la cabeza, la otra se lo saca… ¿usted no produce nada por su cuenta?

-… puede ser… pero no venía por ahí la discusión… yo le dije que pasé por Warnes y me encontré con Tito, mi primo, y que vive donde se cruza Donato Alvarez con Bauness… y ella iba poniendo caras…

-¿caras? Qué caras?

-Caras de … “¿Otra vez con ese barrio de mierda?”…

-Y usted cómo sabe qué ella ponía esa cara?

-Porque yo nací en La Paternal, es el barrio de mis amores, y ella es celosa hasta de las calles de mi
barrio…

-En la sesión anterior ella era despectiva, incluso hace un momento dijo que ella pensaba que usted no tenía nada en la cabeza, pero ahora cuando usted empieza a pensar que ama tanto a su barrio y sus calles, ella es una celosa… no será que usted nunca le quiere mostrar que tiene amores más allá de ella?

-Ella es más egoísta que yo…

-¿Si?

-Claro… ella no le quiere dar nada a nadie, ni un hijo me quiere dar… y cuando el año pasado pensó que estaba embarazada vino a decirme: “si me embarazaste te mato”… yo pensé que era una joda jodida de mi querida María Alejandra… creí que al fin me daba algo… pero no… no nos queremos mas… yo dejé de quererla ese día… ....

-…

-Pero no… no estaba embarazada, un “atraso”… así que no tuve hijo.

-Y se salvó de la muerte…

-De alguna manera si…

-Se salvó de la muerte, pero le mató el amor… de tanto no se salvó.

martes, 5 de junio de 2012

Bernardo 1



Timbre

-Hola Buen día..

-Adelante Bernardo, ¿un poquito tarde hoy?

-…tengo motivos serios…

-¿Si?

-Mejor me acuesto en el diván y le cuento… nunca sé si usted cree o no lo que le digo… hoy le pido que haga de cuenta que me cree… estoy mal… discutí con María Alejandra… creo que tiene un amante, y eso sería terminal entre nosotros… le toleré tanto, pero eso ya no se lo puedo tolerar… discutimos desde anoche, nos levantamos discutiendo y la seguimos hasta hace un rato… la acompañé al trabajo después de la discusión… quería ver si ella aceptaba o no que yo la acompañara…

-Quería espiarla… no acompañarla.

-Un poco de cada cosa… siempre la llevo al trabajo, pero cuando discutimos cada uno se va por su lado… no sé bien qué pensar…  últimamente peleamos por todo.. ayer llegó de la oficina y prendió la computadora como una alienada… y ahí me dí cuenta que ella no me tiene de amigo en el facebook… ¿no es raro eso??

-No creo que  fuese tan raro, porque la sesión pasada dijo: “yo nunca sería amigo de ella en nada, porque se mete en todo y desconfía de todo… ¿hablaba de ella o de usted?

-Está bien, yo pienso eso, pero es que no había tomado en cuenta que ella tampoco quería que yo fuese su “amigo”… entonces… ¿quiénes son sus amigos?

-…. Puede continuar

-Tiene 256 amigos… ¿quiénes son?... A nuestra casa no viene nadie… … …

-¿En qué se detuvo?

-Ella me dijo que está cansada de tanta soledad… tanta miseria entre nosotros… pero ¿de qué miseria habla?  Ella gana muy bien en su trabajo, yo no le hago faltar nada… eso fue lo generó la discusión… yo no soy un miserable… nunca fui un miserable, ella lo sabe bien!!! El que era miserable era mi viejo!! Cómo lo odiaba… ahora me acordé de algo… Un día se hizo el malo y no quiso levantarse para ir a trabajar y ese día no comimos… era su día de cobro y no fue… en mi casa no llegábamos a fin de mes… nunca había un mango… éramos felices sólo el día de cobro… y el hijo de puta no quiso levantarse para ir a cobrar… mi vieja era un amor, pero se ponía tensa… se ponía colorada de odio,  pero se quedaba muda… ese día fue terrible… mi vieja salió de la casa y les golpeo la puerta a los Gómez, los vecinos, y les pidió una taza de polenta para hacernos a mi hermana y a mi… (ella nunca nos hacía faltar nada, se la arreglaba de alguna manera para cuidarnos)… pero cuando mi viejo, escuchó la puerta… era tan orgulloso de mierda que se levantó de la cama para espiarla…

-Como usted hoy a la mañana?

-Puede ser, pero fue peor que yo… yo me parezco más a mi vieja… y vio que venía con la taza llena de polenta se la sacó de la mano… y se armó una terrible… se la sacó a la fuerza y la tiró en el inodoro… yo me escondí debajo de mi cama… tenía tanto miedo… recuerdo las pelusas y cajas de zapatos vacías debajo de la cama… sentía que me ahogaba, que iba a toser o a estornudar… creí que me iba a morir… y mi hermanita lloraba agarrada del delantal de mi mamá… mi viejo después de eso se acostó otra vez y no se levantó hasta el otro día… eso me marcó mal, me debilitó mucho como hombre… durante mucho tiempo mi masculinidad era un desastre… no tenía…

-¿polenta?

-Jajajajaja… es tan mala conmigo que me hace bien… usted no me tiene lástima… muchas veces siento que todos me tienen lástima… o desprecio… María Alejandra me desprecia últimamente, por eso pienso que tiene un amante…

-Quizás le está pidiendo que usted recupere su masculinidad más allá del dinero que “no le hace faltar”… porque… ¿qué es lo que le hace faltar?

-No sé… me parece que no la quiero… pero es mi esposa… no tenemos hijos porque ella no quiere… y yo quiero ser padre… ella me hace faltar esa ilusión…

-Y usted, ¿qué ilusión le hace faltar?

-No sé Ana, me parece que ella no es para mí… fue para mí cuando salí de la facultad, cuando juntos empezamos a ahorrar y compramos el primer departamento en Almagro… pero después poco a poco nos fuimos alejando… y cuando quisimos mudarnos para comprar el de 4 ambientes empezamos a discutir… ella quería en Palermo y yo en La Paternal… entonces compramos otro en Almagro para no seguir discutiendo…

-Usted quería en La Paternal y ella en Palermo, pero como no se pusieron de acuerdo compraron en otro lugar que no les gusta a ninguno de los dos… usted quiere ser padre y ella no… entonces ella quiere tener 256 amigos en Facebook y ¿usted quiere que ella tenga un amante para abandonarla sin sentir falta?

-Puede ser… me quedo sin palabras…

-O sin la ilusión de la juventud?

-Si… usted piensa que todavía puedo enamorarme y tener un hijo con una mujer que me ame?

- La Paternal sigue siendo un buen barrio…